lunes, 19 de julio de 2010
El currículo Regional y el desarrollo de Puno.
Walter Paz Quispe Santos.
Pensar Puno es una disciplina en receso. Si uno revisa la cantidad y calidad de información sobre el pensamiento puneño o puneñista sobre el desarrollo regional no encontrará casi nada en las últimas publicaciones. Es penoso constatar que el destino de Puno sea decidida por el centralismo limeño y con un desconocimiento de la complejidad del altiplano y la selva puneña y sus potencialidades.
En el sector educación existe un instrumento denominado Diseño Curricular Nacional, que se usa en la Región Puno, y si uno mira en sus páginas alguna idea para la formación puneñista que asuma la puneñidad y el puneñismo en sus nuevas generaciones no encontrará nada significativo para los intereses regionales. Así se forma estudiantes que renieguen de lo suyo y piensen más en migrar a otras ciudades y que sus recursos locales y regionales no sean parte de su agenda estudiantil. Es lamentable comprobar que los estudiantes de Carabaya no tengan tiempo para tratar sobre su potencial minero y pecuario en su currículo y los estudiantes de Sandia no tengan espacio en sus áreas curriculares para investigar su potencial agroindustrial ni pensar las posibilidades de su desarrollo. Lo mismo les sucede a los estudiantes de la provincia de Puno, cuando tratan del Lago Titicaca, lo hacen como si estudiaran un tópico de la cultura griega o romana con el mínimo interés. Todas las provincias de la región Puno en educación viven a espaldas de su desarrollo, de las posibilidades de explotación de sus recursos y de la formación de una verdadera ciudadanía regional que tenga sentido de pertenencia hacia su región, identidad y autoestima.
Existe una especie de sometimiento legal centralista que no permite que las regiones formulen curriculas coherentes con los intereses y necesidades para sus pueblos en función de su desarrollo local, por eso existe una especie de imposición de contenidos descontextualizados y nada significativos para los estudiantes al planteárseles una diversificación curricular que exige que en un 70% sean respetados esos contenidos y sólo en un 30% puedan ser modificados de acuerdos a los distintos contextos. Esta forma de pretender resolver los problemas educativos no ha conducido a ningún resultado importante para la Región de Puno, ni las demás regiones del país. Por eso se alza como una alternativa el Currículo Regional.
En la región Puno, a través de la Dirección de Gestión Pedagógica de la DREP desde hace dos años vienen construyendo con la participación de todos los actores sociales como: estudiantes, profesores, padres de familia, sociedad civil, empresarios, organizaciones de base, entre otros; un currículo regional que tiene más legitimidad que el currículo nacional; porque asume una forma de construcción más democrática y abierta que contrasta con la formas poco democráticas y cerradas de las macrodecisiones curriculares del centralismo limeño. Sin duda, se trata de un currículo cuyo autor intelectual es la ciudadanía regional y no como sucedió con el Proyecto Educativo Regional donde algunos “iluminados” salieron a exigir su autoría.
El proyecto curricular regional, entra este año en un proceso de validación a partir del dos de junio en centros educativos piloto en todas las modalidades y niveles de la Educación Básica Regular. Y es justo que así sea, porque la propuesta necesita ser interrogada en nuestra compleja y cambiante realidad puneña. En esta etapa ha despertado un entusiasmo y vivo interés en el magisterio regional y los padres de familia, y requiere ser afirmado con mejores e inteligentes ideas para que sea una propuesta que permita el desarrollo regional puneño.
El PCR recoge el sueño de José Antonio Encinas, Telésforo Catacora, María Asunción Galindo, Manuel Z. Camacho, Carlos Condorena y otros tantos puneños de allende y aquende que pensaron Puno y señalaron una región próspera y dueña de su propio destino.
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