martes, 28 de septiembre de 2010
Jorge Flórez Áybar y el vuelo de las gaviotas
Walter Paz Quispe Santos
Para los que prefieren estar en cama con un buen libro antes que una estrella de cine de la TV, acaba de publicarse “Por qué se fueron las gaviotas” de Jorge Flórez Áybar. Se trata de un conjunto de cuentos y relatos reunidos bajo el género de una antología personal. Un recorrido extraordinario por los maravillosos mundos de la ficción por donde transita –y nos hace transitar- el autor. Quien es un enfermo compulsivo en el arte de narrar, en ese vicio incurable de contar, de sumergirnos en universos donde nos hace sufrir y gozar con sus personajes.
Ciertamente no existe una teoría de la antología, uno de los pocos que se atrevió a reflexionar sobre las antologías personales es Alfonso Reyes, quien en su libro “la experiencia literaria” nos dice que la antología es un concepto de una historia literaria personal, de suerte que las antologías se relacionan por mutua causación, ajustan y machihembran como el cóncavo y convexo, como el molde hueco y la medalla en relieve. Y efecto, la antología de Flórez Áybar, tiene esa selección cronológica de su experiencia literaria personal en los recodos de la narrativa andina.
El libro se subdivide en tres partes sustanciales de su predestinado destierro por la magia de la ficción. La Primera es muy conocida por muchos de sus lectores, se trata de una selección de cuentos y relatos de sus primeros libros, luego los subsiguientes contienen algunos inéditos o desconocidos, sobre todo en la tercera parte donde el autor escribe la intrahistoria de hechos históricos muy prominentes y recurrentes en su estudio por los peruanos. Es decir, Jorge Flórez imagina y nos invita a imaginar a través del relato y el cuento las emociones que subyacen a los acontecimientos que sólo los parafraseamos como “macroestructuras” o ideas generales leyendo los libros de historia. Y como hay tanta historia que se parece a un perro domesticado, la intrahistoria de la historia que nos relata Jorge Flórez Áybar es una historia que nos inquieta y revela.
Hay una confesión de parte muy importante donde expone sin reservas muchas de las facetas desconocidas de su experiencia personal a la mirada pública. El lector encontrará datos personales y podrá explicar o interpretar muchas de las motivaciones expresadas en sus libros publicados. Pero su inspiración literaria nace del mundo andino, ese mundo que es producto de nuestras meditaciones histórico culturales, a la que también se integran reflexiones lingüísticas y geográficas de Arequipa, Puno y el Cusco.
En suma, nuestras vidas son los libros que hemos leído, nos acompañan en los mejores y peores momentos de nuestra existencia. Y los libros de Jorge Flórez Áybar, y en especial “Por qué se fueron las gaviotas” nos invitan a leer cuentos y relatos como un tipo de sueño, un sueño que no realizamos dormidos, sino en un estado particular que no corresponde enteramente a estar despiertos, sino en una actitud de vigilia mágica y especial con la emoción y sus cartografías.
lunes, 20 de septiembre de 2010
La identidad poder y política en las elecciones actuales.
Walter Paz Quispe Santos
En el pensamiento común de la ciudadanía existe un político donde hay poder. El ejercicio de ese poder se da de múltiples maneras en la presente coyuntura electoral. Se trata de una influencia del hombre sobre el hombre, es decir, para no ser sexistas, de algunos seres humanos sobre otros seres humanos (tanto hombres y mujeres). Aunque el tema del género sobre todo la participación de la mujer, aun no encuentra eco en la construcción de ciudadanías posibles y deseables. Y esta forma de practicar la política es simplemente una modalidad del positivismo político.
Estas influencias, que en algunos casos que utilizan la coerción y en otras las sutilezas subliminales de influencia o persuasión ha dominado el pensamiento y la acción de los candidatos al gobierno regional y los municipios provinciales y distritales. Muy al margen de los debates y las discusiones programáticas. Más se recurre al pragmatismo utilitarista de convencer usando estrategias de regalar dinero, alimentos, bebidas gaseosas, camisetas deportivas, y actividades como apadrinar certámenes escolares o comunales. El extremo es la obligación coercitiva sobre todo cuando se está en el poder municipal o regional, sino recordemos los difundidos audios conminatorios del Presidente Regional a su personal de confianza para que realicen campaña a favor del hermano Isauro Fuentes. Y algo similar ocurre con los alcaldes que buscan una reelección en su municipio o en uno provincial.
Esta forma de realizar política no es gratuita. Tiene una sucesión de defensores en la ciencia política, tanto en los EE.UU. y Europa, quienes promueven una identidad del poder y lo político. Para muestra cito a dos autores como ejemplo Robert Dahl sostiene que para la política el concepto clave es la “influencia”, es decir, inducir a los demás a obrar de una manera para la conquista del poder. Bertrand Jouvenel señalaba la política es la acción sobre la voluntad de los otros para obtener su concurso con vistas a una determinada política.
Hasta aquí, las ideas de conquistar el poder o influir a los demás es interesante. Pero los problemas surgen cuando una vez llegado al poder o conseguido el objetivo de ser elegidos se ponen al margen de los intereses y necesidades comunes de la población. Y ocurre como un círculo vicioso al que estamos acostumbrados a mirar: el municipio o gobierno regional se copa de personas sin calificación profesional ni técnica. Se empiezan a pagar los servicios de la campaña, la improvisación programática es pobre y se subordinan los objetivos de desarrollo estratégico a los consabidos caprichos de los intereses de las empresas, medios de comunicación, y personas que aportaron con ventajismo y corrupción en la campaña electoral. Entonces se vuelve a administrar el municipio o el gobierno regional como una tienda.
Por eso, existen algunos politólogos como Jean Luc Chabot que sostienen que hay que tomar en consideración o recuperar el debate programático y buscar el bien común, el desarrollo social en la complejidad de relaciones políticas de la comunidad. Y a falta de esa gran referencia que se denomina comunidad política, se sigue pensando en jerarquías o relaciones de autoridad, o el abuso de la publicidad y la propaganda. Y no se piense en las comunidades complejas de necesidades e intereses. Y esa aspiración de funda en la democracia que es el espejo donde mejor resplandece un ejercicio político transparente donde la vigilancia ciudadana es indispensable a través de su participación. Y como alguna vez lo dije, lo vuelvo a refrendar esta vez algo que se sigue repitiendo: muchos buscan la reelección pero su falta de rendición de cuentas es escandalosa.
Las actuales campañas electorales tal como se vienen desarrollando son un verdadero desprecio a la democracia y la política, y no existe un candidato excepcional que marque la diferencia y confirme la regla. La práctica política actual ha secado la emoción y el fervor electoral y languidece en la apatía, la corrupción y la miseria de ideas programáticas.
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